De consulta obligada

 

Mauricio Meléndez Obando

 

En toda disciplina, siempre hay obras que son de consulta obligada por su seriedad, porque son pioneras en su campo o por su amplitud, que involucra a un considerable número de personas.

En el caso de la genealogía costarricense hay obras de cinco autores que colocaría en la cúspide de esta categoría por su importancia general:

  1. Las genealogías que incluye la obra máxima del polifacético investigador José María Figueroa Oreamuno (1820-1900): el Álbum de Figueroa,
  2. Las Genealogías de Cartago hasta 1850, las Genealogías de Heredia hasta 1821 y las Genealogías de San José hasta 1821, la primera publicada y las otras dos inéditas, de monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez (1899-1952).
  3. El Armorial general de Costa Rica, trabajo inédito pero rescatado en formato electrónico en el 2001, del genealogista Norberto Castro Tosi (1921-1971).
  4. Familias alajuelenses en los libros parroquiales, parroquia de Alajuela 1790-1900, del historiador Rafael Obregón Loría (1911-2000), que incluye siete tomos genealógicos y uno adicional que lo complementa con los protocolos de Alajuela 1790-1850.
  5. Protocolos de Cartago, Heredia, San José, Alajuela y Guanacaste de la época colonial y el periodo posindependiente hasta 1850, obras publicadas por el Archivo Nacional de Costa Rica.

 

 

Sobre otros trabajos genealógicos de carácter más específico me referiré en la sección Biblioteca genealógica costarricense (sitio en construccion).